Los alumnos de 3º de Primaria han descubierto los tebeos. Para encontrar otras formas de divertirse con la lectura, estos días, han estado leyendo tebeos.
El cómic en España siempre se ha llamado tebeo, por el famoso TBO, nacido en 1917. Hubo otras publicaciones anteriores en España, pero ésta es la que llegó a ser un fenómeno de masas sin igual.
Hoy es difícil hacernos una idea de lo que supuso esta revista: ya en 1935 se tiraban 250.000 ejemplares a la semana, para una población muy inferior a la actual. Llegó a tener una tirada de casi 400.000 ejemplares a la semana, lo leían todas los miembros de la familia, se cambiaban, se prestaban y se compraban de segunda mano.
Varios millones de personas lo leían cada semana. Un fenómeno sociológico irrepetible, que sigue estudiándose.
Tanto éxito tuvo, que su nombre llegó a ser sinónimo de cómic. Y aunque desapareció en 1998, el uso se mantiene.
Incluso ha dado lugar a una locución, recogida en el Diccionario de la RAE:
Estar alguien o algo más visto que el tebeo:
- verb. Coloq. Estar demasiado visto.
El tebeo es muy variado, los hay de todo tipo: humor, costumbrista, caza, aventuras, deportivo, bélico, terror, superhéroes, satírico y político.
Se han escrito incontable libros sobre el cómic, enfocándolos desde muchísimos puntos de vista; incluso se han escrito tesis doctorales.
En ocasiones existe un prejuicio arraigado, que considera la historieta como algo muy menor; aunque hay algunos tebeos que son joyas en sí mismos.
En clase hemos visto tebeos que iban de los años 50 a los 80. También tebeos y cómic más modernos que se siguen editando en la actualidad.
Algunos alumnos han traído tebeos y cómic de sus padres o abuelos. Una alumna nos ha enseñado una revista con historietas y cuentos en catalán de 1928:”EN PATUFET”, que era de su bisabuela.
Los alumnos de 3º de Primaria han conocido a Mortadelo y Filemón, a Carpanta, al Botones Sacarino, a Anacleto agente secreto, a Zipi y Zape, al Capitán Trueno, Súper López… personajes de los tebeos con los que pasaban buenos ratos sus abuelos y padres, cuando no había dispositivos electrónicos; y lo que hacían los niños de la época era jugar en la calle, ver un rato la tele o leer.
Estos días han sido ellos los que han disfrutado con los tebeos y ha sido emocionante ver sus sonrisas e incluso oír sonrisas mientras leían.